Según el informe, el crecimiento mundial del empleo será solo de un 1 % en 2023, menos de la mitad que en 2022,
mientras que se prevé que el desempleo mundial aumente ligeramente en 2023 (hasta alcanzar una tasa de desempleo del 5,8 %), lo que señala la inversión del descenso del desempleo mundial observado entre 2020 y 2022.
Además del desempleo, la calidad del trabajo se vuelve crucial, especialmente en un contexto de pobreza creciente vinculada a una crisis del coste de vida y al aumento de los precios, dando lugar a una escasez de mejores oportunidades laborales.
Esto se agrava con la significativa caída de los ingresos durante la crisis de COVID-19, en especial, para los grupos de bajos ingresos.
El informe subraya que las condiciones de estanflación —una inflación elevada y un crecimiento lento simultáneos— amenazan la productividad y la recuperación del mercado laboral, también debido a las tensiones geopolíticas emergentes y al conflicto en Ucrania, al resurgimiento desigual de las pandemias y a los cuellos de botella continuados en las cadenas mundiales de suministro.
Las mujeres y los jóvenes siguen siendo los más golpeados por la crisis en los mercados laborales: a nivel mundial, el índice de participación en la fuerza de trabajo para las mujeres fue del 47,4 % en 2022, en comparación con el 72,3 % de hombres, mientras que la tasa de desempleo para los jóvenes (de edades entre 15 y 24 años) es tres veces superior a la de los adultos.
El informe también muestra que la perspectiva del mercado laboral para 2023 varía ampliamente entre regiones: en 2023 se espera que África y los Estados Árabes observen un crecimiento del empleo de un 3 % o más y un modesto descenso de las tasas de desempleo (del 7,4 % al 7,3 % en África, y del 8,5 % al 8,2 % en los Estados Árabes). En Asia y el Pacífico, así como en América Latina y el Caribe, se prevé que el aumento anual del empleo se sitúe en torno al 1 %. En Europa y Asia Central, que se han visto especialmente afectadas por las consecuencias económicas del conflicto en Ucrania, se espera que el empleo caiga en 2023 y que las tasas de desempleo sufran un ligero aumento.
Reducir la brecha de empleo, fortalecer la calidad del empleo y proteger los ingresos de las personas requerirá una coordinación renovada de fuerzas políticas y un importante diálogo social.
Gilbert F. Houngbo, Director General de la OIT, comentó: «La necesidad de fomentar el trabajo decente y la justicia social es clara y acuciante. La superación de todos esos retos requiere que colaboremos para facilitar el establecimiento de un nuevo contrato social a escala mundial. La OIT abogará por una Coalición mundial que promueva la justicia social a fin de lograr el apoyo necesario a tal efecto, formular las políticas pertinentes y sentar las bases del futuro del trabajo»