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Observatorio de la OIT sobre el mundo del trabajo - Undécima edición

  • El 31 de mayo de 2023, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó el nuevo Observatorio de la OIT sobre el mundo del trabajo. 
  • En esta undécima edición, el informe destaca el modo en que la cooperación internacional para reforzar el empleo y la protección social puede ayudar a abordar las crecientes disparidades entre países de ingreso bajo y alto. 

Asimismo, expone que las crisis concurrentes que se refuerzan están afectando de forma desproporcionada a los países en desarrollo, empeoran la brecha mundial del empleo entre países de ingreso alto y bajo y amplían las desigualdades existentes que la pandemia de COVID-19 ya había agravado. La respuesta de los países de ingreso bajo a las múltiples crisis simultáneas (o «policrisis», como se las denomina en el informe) se ve limitada por una combinación de inflación y tipos de interés elevados, junto con un riesgo creciente de endeudamiento.

Aunque se espera que en 2023 la tasa de desempleo mundial caiga por debajo de los niveles previos a la pandemia de COVID-19, esta previsión no incluiría a los países de ingreso bajo, que seguirán muy rezagados en el proceso de recuperación, según el informe de la OIT.

Un nuevo indicador elaborado por la OIT, Jobs Gap, ofrece una medida más completa de la brecha de empleo, especialmente en los países en desarrollo. Incluye a todas las personas sin empleo que están interesadas en encontrar un trabajo.

Este indicador revela, además, una brecha mundial en el empleo. Los países de ingreso bajo se enfrentan a la mayor tasa de déficit de empleos, del 21,5 %, mientras que en los países de ingreso mediano dicha tasa se sitúa ligeramente por encima del 11 %. Los países de ingreso alto registran las tasas más bajas, un 8,2 %.

El informe también destaca que los países en desarrollo afrontan crisis todavía más complejas y en cascada que, junto con los desafíos mundiales más generales, exacerban los efectos en el mercado laboral. La gama va desde desastres naturales hasta crisis nacionales políticas y económicas, que se han sumado a los efectos persistentes de la pandemia de COVID-19 y a la crisis mundial del costo de la vida. 

Además, el informe también resalta los déficits normativos en materia de protección social en los países en desarrollo, lo que empeora la situación actual. Nuevos datos muestran que el incremento de la inversión aportaría grandes beneficios económicos, sociales y para el empleo, y reduciría la brecha en materia de ocupación. «La cuestión de financiar la protección social resulta compleja, pero no es insuperable», indica el informe. 

Por último, hace un llamamiento a la solidaridad internacional y al apoyo financiero mundial para fomentar el crecimiento del empleo, así como para poner en marcha y fortalecer los regímenes de protección social. En una época de policrisis y perturbaciones, las intervenciones normativas revisadas garantizarán la recuperación y la reconstrucción, y apoyarán la transformación estructural a largo plazo. 

«Las conclusiones de este informe nos recuerdan con fuerza las crecientes desigualdades mundiales. Invertir en las personas a través del empleo y la protección social contribuirá a reducir la brecha entre las naciones y las personas ricas y pobres. Es por este motivo que la OIT está lanzando la Coalición Mundial para la justicia social. Esta Coalición reunirá una gran diversidad de órganos multilaterales y partes interesadas. Ayudará a posicionar la justicia social como la piedra angular de una recuperación mundial, y hará que se convierta en una prioridad de las políticas y acciones nacionales, regionales y mundiales», declaró el Director General de la OIT, Gilbert F. Houngbo.