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Uganda: la Federación de Empleadores de Uganda (FUE) publicó un nuevo informe titulado «The Next Normal: The Changing Workplace in Uganda»

  • En noviembre de 2022, la Federación de Empleadores de Uganda, en colaboración con la OIT, presentó un nuevo informe que analizaba la repercusión de la COVID-19 en los lugares de trabajo del país.
  • El estudio de investigación, basado en una encuesta que abarcó una amplia sección transversal de empresas en muchos sectores, pretendía comprender mejor los efectos de la COVID-19 y los planes de las empresas. 
  • Muestra que muchas empresas han tenido que alterar significativamente sus operaciones y procesos de producción, sus estrategias de recursos humanos, modalidades de trabajo y muchos otros aspectos, pero también que la COVID-19 creó un amplio abanico de nuevas oportunidades y desafíos en el plano de los recursos humanos de una empresa.

El informe analiza las experiencias de empresas de Uganda en la era de la pandemia, centrándose en cuatro áreas principales: 

1. Espacio de trabajo: un promedio del 28 % de los empleados trabajó de forma remota durante la pandemia, mientras que algunas empresas conservaron en gran medida las modalidades de trabajo presencial. Muchas otras empresas optaron por un enfoque híbrido, con trabajo presencial y a distancia. Los empleadores desplegaron servicios de videoconferencia para facilitar las comunicaciones de todo tipo. El cambio a trabajo a distancia creó nuevos costes para empleadores y empleados y, como muestra el estudio, muchas empresas se hicieron cargo de los costes de ambos. Numerosas empresas establecieron elementos de seguridad y salud, y el informe muestra que los cambios en el espacio de trabajo repercutieron de forma positiva en la eficiencia de la producción.

2. Relaciones laborales: Según los resultados, la pandemia ayudó a generar confianza y comprensión entre trabajadores y empleadores. Cuatro de cada cinco empresas mantuvieron diálogos sobre la seguridad y la salud en el lugar de trabajo. No obstante, también se presentaron muchos desafíos, por ejemplo, la necesidad de una fuerza de trabajo más flexible.

3. Desarrollo de competencias, puesta en común de conocimiento y productividad: Las competencias blandas cobraron importancia, así como la flexibilidad, las habilidades digitales y la capacidad de realizar múltiples tareas al mismo tiempo. En 93 % de los empleadores se centrará en los resultados como su principal medida de productividad en el futuro, mientras que muy pocas empresas siguen controlando de cerca el número de horas que los empleados pasan trabajando.

4. Recursos humanos: Las empresas comprenden que el bienestar mental y emocional de los trabajadores está estrechamente ligado al éxito las operaciones de la empresa, incluso si muy pocas han establecido por el momento una política sobre el derecho a desconectar que permita a los empleados desconectarse por las noches y los fines de semana.

Más de cuatro de cada diez empresas señalaron que sus criterios de contratación ahora incluyen nuevos grupos de trabajadores que antes no se tenían en cuenta, como empleados que trabajan totalmente a distancia y que no viven cerca de la empresa.

 

 

Douglas Opio, Director Ejecutivo de la FUE, destacó que el informe sería una parte integral y un punto de referencia para que los empleadores armonizaran las actividades empresariales y maximizaran la productividad, que sigue siendo baja por diversos factores, como la falta de registros empresariales y personal competente y los bajos niveles salariales.

En sus observaciones, Gary Rynhart, Especialista principal de los empleadores para la OIT, afirmó que el informe presenta una oportunidad para mejorar las relaciones en el lugar de trabajo. Aconsejó a los empleadores que adoptaran el trabajo flexible, la digitalización, así como la salud y la seguridad en el trabajo para minimizar los altos costes operativos y mejorar la retención de empleados.