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Informe de la Comisión Europea sobre el teletrabajo y el derecho a la desconexión

El estudio identifica los desafíos fundamentales, como mantener el equilibrio entre la vida laboral y personal, gestionar el rendimiento a distancia y garantizar la seguridad laboral.

Destaca la necesidad de dar respuestas estratégicas a estos desafíos para aprovechar las ventajas del teletrabajo y, al mismo tiempo, mitigar los posibles inconvenientes.

La integración de las tecnologías de la información y la comunicación ha posibilitado modalidades de trabajo flexibles como el teletrabajo, que ofrece ventajas sustanciales como una mayor flexibilidad y la posibilidad de mejorar la conciliación entre la vida laboral y personal.

Sin embargo, estos avances también introducen riesgos relativos a las condiciones de trabajo y a la salud y seguridad de los trabajadores.

La pandemia aceleró la adopción de modelos de trabajo híbridos, que combinan el teletrabajo con el trabajo presencial tradicional, lo que refleja una fuerte preferencia entre muchos empleados y empleadores. El estudio revela que la prevalencia del teletrabajo en la UE casi se ha duplicado de 2019 a 2021, con una evolución continua prevista hacia modalidades de trabajo más flexibles.

Los empleadores pueden esperar beneficios como el ahorro de costes, la mejora de la conciliación de la vida laboral y familiar y el acceso a una reserva de talento más amplia. En respuesta, el Parlamento Europeo ha defendido propuestas legislativas sobre el derecho a la desconexión y un marco de la UE para el teletrabajo con el fin de abordar los retos que plantea la digitalización.

El estudio también reveló que casi la mitad de los empleadores encuestados tienen la intención de ofrecer más opciones de teletrabajo, mientras que más del 50 % de los empleados desean una mayor libertad para teletrabajar. Tanto los empleadores como los empleados reconocen los beneficios del teletrabajo, entre los que se incluyen el ahorro de costes y tiempo, la mejora de la conciliación entre la vida laboral y personal y un mejor acceso al empleo para los grupos desfavorecidos. Sin embargo, el estudio también identifica algunos desafíos clave, como la intensificación del trabajo, el riesgo de aislamiento y la posible erosión de los límites entre el trabajo y la vida privada.

Los empleadores necesitan ayuda con la gestión del rendimiento y el mantenimiento de la cultura empresarial en entornos de trabajo remotos.

Asimismo, deben considerar las implicaciones de la configuración de las oficinas de trabajo a distancia en las normas de seguridad y salud en el trabajo. Garantizar que las oficinas establecidas en casa cumplan los requisitos ergonómicos y abordar los efectos psicológicos del trabajo a distancia son esenciales para mantener una fuerza de trabajo saludable.

Además, los trabajadores creen que los empleadores deberían establecer políticas transparentes para determinar unos límites claros entre el tiempo de trabajo y el tiempo personal. Esto evitaría el posible agotamiento profesional y fomentaría la salud mental de los empleados, mejorando de este modo la productividad general y la satisfacción laboral.

De cara al futuro, los empleadores deben tener en cuenta la diversidad del panorama de adopción del teletrabajo y las normativas conexas en las distintas regiones. El desarrollo de políticas integrales de teletrabajo favorece el bienestar de los empleados a la vez que mejora la productividad.

Entablar un diálogo social proactivo con los empleados y adaptarse a la evolución del panorama digital ayudará a los empleadores a mantenerse a la vanguardia en un mundo del trabajo que se transforma a gran velocidad.

Aquí pueden encontrar un mapa global sobre el derecho a la desconexión en todo el mundo, y aquí encontrarán nuestro artículo previo relacionado con el reciente informe de Eurofound sobre su aplicación y repercusión a nivel empresarial.