Según el informe de este año, la resiliencia es una nueva competencia fundamental para resistir los efectos del cambio climático y la transformación digital. Enfatiza la importancia de apoyar a las personas para que adquieran un amplio rango de competencias en varios niveles, a fin de mejorar la capacidad de respuesta a las necesidades que surgen en la sociedad y en los mercados laborales.

El informe destaca que la demanda de profesionales para el desarrollo y la aplicación de la IA, que ya ha aumentado de manera significativa en el período 2019-2022, aumentará aún más de aquí a 2030. Estas competencias se necesitan a escala mundial pese a que existen algunas diferencias geográficas entre países de la UE.

El informe también resalta la importancia de participar en programas de formación. 

En 2021, menos de la mitad (4 de cada 10) de los adultos de países de la OCDE afirmaron haber realizado algún tipo de actividad formativa en el año anterior. 

La adquisición de nuevas competencias da lugar a una mayor motivación de los trabajadores y, al mismo tiempo, a una posible aceleración en el logro de los objetivos empresariales.

Por último, el informe incluye recomendaciones para ayudar a los países a facilitar las transiciones de los trabajadores entre diferentes sectores y ocupaciones, así como a empoderar a las personas a través de inversiones en competencias.