El informe analiza las medidas aplicadas a nivel nacional para abordar la escasez de mano de obra, que cada vez es más grave y evidente en algunos sectores.

El informe también analiza las carencias de mano de obra vinculadas a los sectores de la salud, los cuidados y las tecnologías de la información y la comunicación, así como las resultantes de la transición dual ecológica y digital. 

Asimismo, evalúa qué medidas son adecuadas y analiza los factores que apoyan u obstaculizan la aplicación de políticas y resultados eficaces.

Las conclusiones muestran que, para finales de 2022, la tasa de vacantes promedio en la UE había alcanzado un máximo histórico de aproximadamente el 3 %. Un tercio de los empleadores de la UE afirman que estas deficiencias limitan su capacidad de producción y prestación de servicios.

La situación es diferente entre países, siendo los casos más graves Austria, Bélgica, Chequia, Alemania y Países Bajos, aunque en determinados sectores y profesiones, la escasez es más evidente en la mayoría de los Estados Miembros:

Como informamos en nuestra última edición, la Comisión Europea ha declarado 2023 el Año Europeo de las Competencias, con lo que subraya la importancia del desarrollo de competencias para cumplir los requisitos del mercado laboral. 

No obstante, el informe confirma que para abordar la escasez de mano de obra no solo deben tenerse en cuenta las competencias. Esa es solo una parte del fenómeno. Para abordar las carencias con eficacia, se necesita ir más allá de las competencias y comprender plenamente los factores que influyen en la falta de mano de obra, que cambian según el sector, la ocupación y la región. 

Una buena remuneración es un factor fundamental, pero solo es suficiente si se combina con otras intervenciones que aumenten el atractivo de las condiciones de trabajo y de vida: los empleados solicitan mayor autonomía en los horarios de trabajo, acceso a formación y perspectivas profesionales.

La investigación muestra que las medidas para abordar la cuestión también son diferentes: desarrollar competencias (por ejemplo, impulsar la formación relacionada con las competencias digitales, impartida en colegios y ofertada a solicitantes de empleo en el caso de jóvenes desempleados); aumentar el atractivo de determinados sectores y ocupaciones; activar la mano de obra infrautilizada y mejorar la adecuación entre la oferta y la demanda. 

Destaca que el papel de los interlocutores sociales es fundamental para garantizar que estas iniciativas estén estrechamente relacionadas con estrategias más amplias que aborden los factores vinculados a las condiciones salariales y de trabajo, que son los principales impulsores de la escasez en varios sectores que presentan muchas vacantes.

A fin de afrontar estos desafíos con eficacia, se deben investigar en profundidad las causas de la escasez de mano de obra y el contexto político y se deben desarrollar medidas específicas para abordarlas, con una participación y un diálogo continuo entre los interlocutores sociales.