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La Comisión Europea propone cambios a la Directiva sobre los comités de empresa europeos reforzando el diálogo social transnacional

  • El 24 de enero de 2024, la Comisión Europea presentó su propuesta para modificar la Directiva sobre comités de empresa europeos.
  • Su objetivo es garantizar unos canales de comunicación más eficaces entre los empleadores y los representantes de los empleados, poniendo de relieve la importancia de realizar consultas tempranas y significativas, así como de aclarar el marco operativo de los comités de empresa europeos, lo que podría dar lugar a un proceso de consulta más estructurado y eficaz.

Desde su creación en 1994, los comités de empresa europeos han facilitado el diálogo transnacional entre los empleados y la dirección de las empresas multinacionales para debatir cuestiones que afectan a la fuerza de trabajo de dichas empresas en diferentes Estados Miembros de la UE. 

Tal y como informamos previamente, tras la resolución del Parlamento Europeo que exigía a la Comisión reforzar el papel y la capacidad de los comités de empresa europeos, el año pasado la Comisión realizó una consulta a los interlocutores sociales europeos en relación con una posible revisión de la Directiva 2009/38/CE sobre los comités de empresa europeos.

Al final de la consulta, la Comisión propuso estas áreas fundamentales de cambio: 

  • Mejora de la puntualidad y el contenido de las consultas: Los empleadores deben garantizar que se proporcione toda la información necesaria a los representantes de los empleados.
  • Mejora de la formación para los miembros de los comités de empresa europeos: Este aspecto subraya la importancia de que los miembros de los comités de empresa europeos comprendan sus funciones, derechos y responsabilidades, para lo cual se necesita el apoyo de los empleadores a la hora de proporcionar o facilitar el acceso a la formación.
  • Mayor claridad jurídica: Las modificaciones pretenden optimizar el funcionamiento de los comités de empresa europeos, lo que podría beneficiar a los empleadores al reducir las ambigüedades administrativas y fomentar una aplicación más directa en toda la UE.

Ahora, la propuesta está sujeta al proceso legislativo dentro de la UE, que incluye negociaciones y aprobaciones tanto del Parlamento Europeo como del Consejo. Este proceso requerirá consultas amplias con los interlocutores sociales, las partes interesadas y los Estados Miembros para afinar los detalles y garantizar que se cumplan los objetivos de la Directiva.

A medida que se desarrolle el proceso legislativo, será esencial que todas las partes interesadas definan de manera activa una directiva que refleje las realidades del lugar de trabajo moderno, a fin de garantizar que el modelo social europeo continúe avanzando en una dirección que beneficie a trabajadores y empleadores.

A este respecto, BusinessEurope, que ya había manifestado que no era necesaria una revisión de la Directiva, expresó otras preocupaciones sobre la propuesta de revisión publicada por la Comisión Europea. Enfatizó que la presunción de transnacionalidad para cuestiones que afecten a un solo Estado puede crear confusión jurídica y el solapamiento de procesos. Además, las restricciones de la propuesta que afectan a la dirección de las empresas, especialmente en lo que respecta a la confidencialidad y la posible necesidad de una autorización previa de confidencialidad, se perciben como amenazas para la competitividad y la toma de decisiones oportuna de las empresas.