En este caso se trataba de un empleado de una empresa de transportes que impugnó las sanciones disciplinarias que se le habían impuesto, incluido el despido, alegando que había sido castigado por denunciar ante la empresa el sistema ideado y puesto en práctica por sus compañeros.
El Tribunal de Milán, considerando que se cumplían los requisitos fácticos y jurídicos necesarios, concedió al denunciante protección cautelar, suspendiendo todas las medidas disciplinarias de la empresa y reincorporando al trabajador a la misma.
La decisión es significativa porque es una de las primeras dictadas en materia de protección de los denunciantes.
En una edición anterior, informamos del caso de la decisión del tribunal de distrito de Australia Meridional, que adoptó una interpretación restrictiva del alcance de la protección de los denunciantes, al considerar que esta se aplica únicamente a la denuncia de irregularidades y no a la conducta preparatoria previa del empleado.
Resulta útil examinar de forma ocasional la aplicación e interpretación de las leyes nacionales que transponen la Directiva europea por parte de los tribunales para comprender cómo, en términos concretos, los principios enunciados por la UE encuentran su eficacia en los diferentes sistemas jurídicos.
Pueden consultar los acontecimientos legislativos más recientes de distintos países en nuestros artículos anteriores.